Según los últimos datos disponibles, el precio de la vivienda en la Región de Murcia sigue creciendo por encima de la media nacional, mientras que el número de operaciones se desploma, lo que evidencia una falta de equilibrio entre la oferta y la demanda.

La firma de hipotecas se hunde

Uno de los indicadores que refleja el mal momento del mercado inmobiliario murciano es el de la firma de hipotecas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en julio se registraron 1.015 hipotecas sobre viviendas en la Región de Murcia, lo que supone un 22% menos que en el mismo mes del año anterior. Se trata de la mayor caída de España y el peor dato desde 2017.

Esta bajada se debe a varios factores, como la menor demanda de vivienda por parte de los compradores, la incertidumbre económica derivada de la crisis sanitaria y la subida de los tipos de interés, que encarecen el coste de los préstamos. Además, muchos bancos han endurecido las condiciones para conceder hipotecas, lo que dificulta el acceso al crédito.

El precio de la vivienda resiste

Por el contrario, el precio de la vivienda en Murcia no parece verse afectado por la caída de las ventas y sigue subiendo de forma moderada. Según el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el precio medio del metro cuadrado en la ciudad Murcia se situó en 1.184 euros en el segundo trimestre del año, lo que representa un aumento del 2,3% respecto al mismo periodo del año anterior. Este incremento es superior al registrado a nivel nacional, que fue del 1,9%.

Sin embargo, este aumento del precio no se traduce en un mayor dinamismo del mercado, sino todo lo contrario. Según el INE, el número de compraventas de viviendas en la Región de Murcia se redujo un 17,8% en el segundo trimestre, hasta las 5.714 operaciones. Esta cifra supone una desaceleración respecto al primer trimestre, cuando se registraron 6.173 transacciones.

El cambio de preferencias de los compradores

¿A qué se debe esta paradoja entre el precio y las ventas? Los expertos apuntan a que la pandemia ha provocado un cambio en las preferencias y las necesidades de los compradores, que buscan viviendas más amplias, con terraza o jardín, y en zonas menos densas y más seguras. También se ha incrementado el interés por las segundas residencias en la costa o el campo, como alternativa al turismo masificado.

Estos cambios han generado una mayor demanda de vivienda nueva o reformada, que escasea en la Región de Murcia y no se adapta a las expectativas del mercado. Según los promotores inmobiliarios, se necesitarían unos 10.000 nuevos inmuebles al año para cubrir las necesidades del mercado, pero actualmente solo se construyen unos 4.000. Esta falta de oferta genera una presión al alza sobre los precios, que no se corresponde con la capacidad adquisitiva de los compradores.

La incertidumbre del futuro

La situación del mercado inmobiliario de la Región de Murcia es delicada y depende en gran medida de la evolución de la pandemia, la recuperación económica y la confianza de los consumidores. Se espera que en los próximos meses se produzca una estabilización o una leve corrección de los precios y las transacciones, siempre que no haya nuevos brotes ni restricciones que afecten a la movilidad y a la actividad.

No obstante, también hay factores positivos que pueden impulsar el sector inmobiliario murciano, como el avance de la vacunación, el aumento del teletrabajo, el atractivo turístico y cultural de la región o la llegada de fondos europeos para impulsar proyectos sostenibles e innovadores. Estos elementos pueden favorecer la reactivación del mercado y la adaptación de la oferta a la demanda, lo que beneficiaría tanto a los compradores como a los vendedores.